Los lectores en general y sin especificar género, esperamos del libro que comenzamos que nos aporte la satisfacción de nuestras expectativas. Cuando esto ocurre diremos “Me ha encantado”, “Me ha dado pena que se terminara”, “Tenía siempre ganas de leer”…
En cada género aquellas son diferentes. Pues bien, ¿cómo es el lector de novela romántica?, ¿tiene algún perfil concreto?, ¿cuáles son sus necesidades a la hora de abordar la lectura?
Es evidente que este tipo de novela conlleva sus propias particularidades que serán demandadas por el consumidor. Como lectora y escritora necesito que se den algunas características de tipo estructural (de forma), de temática, de contenido e incluso didácticas.
Desde el punto de vista estructural:
- Ha de ser una narración ligera, poco recargada (aunque a algunos lectores también le gusta encontrar cierta retórica) que agilice el desarrollo de la novela.
- La redacción cuidada, con las palabras adecuadas, hacen de la lectura un disfrute.
- Al lector le gusta que haya descripciones de los personajes a los que acabará conociendo, que se creen atmósferas cálidas con las que identificarse para poder empatizar con la historia.
En cuanto a la temática:
- La intriga es un aspecto bien valorado, induce a leer sin abandonar el libro, a devorar páginas.
Esta sensación la he tenido leyendo “La chica del tren” cuyo comienzo debo confesar que me confundía pero que fue, poco a poco, atrapándome, logrando hacerme pasar ratos estupendos.
- Los sentimientos, las emociones de los personajes serán elementos indispensables en este tipo de novela porque el lector llegará, seguramente a identificarse con ellos.
El AMOR, en todas sus variaciones, ¡no nos vamos a engañar!, no necesariamente el “acaramelado de dulce de leche” sino en el más amplio sentido de la palabra, llena y ha llenado páginas y páginas a lo largo de toda la Historia de la Literatura. Los grandes lo han desarrollado maravillosamente en sus magníficas obras.

Aquí me viene a la mente “Madame Bovary” cuya lectura me marcó en mis años jóvenes, aunque podríamos llenar páginas y páginas sobre novelas emblemáticas.
- Los sucesos históricos añaden interés. A este respecto las grandes guerras, I Guerra Mundial y II Guerra Mundial generan, como no es para menos, muchos títulos de gran nivel y envergadura, con el contenido emocional que albergan.
Quisiera reseñar un gran libro cuya lectura he terminado recientemente y que considero una obra digna de consideración: “Suite française”
A estos hay que añadir las conquistas de otros mundos, las culturas exóticas, las vidas de personajes ilustres , reyes…
- Los viajes constituyen, indiscutiblemente, un campo inagotable de recursos para el escritor de novela romántica, porque aportan una enorme libertad a la hora de componer una trama. Además hacen viajar al lector, muchas veces a lugares soñados que tal vez nunca podrán visitar.
¿Cuántos libros se habrán escrito sobre los grandes viajeros del siglo XVIII a Egipto?
¿Cuánto hemos soñado algunos con las excavaciones arqueológicas de las tumbas de los faraones?
No puedo menos de hacer aquí una confesión: Me apasiona el tema y me ha hecho disfrutar muchísimo.
- Los temas sociales también llenan y han llenado páginas de excelentes novelas cargadas de romanticismo y sobre todo de humanismo. Temas como la sexualidad en todas sus vertientes, el sufrimiento y tormento que para algunos seres humanos ha implicado.
Podría decirse que uno de los más inspiradores, incluso en nuestra década ha sido y es, el feminismo. La lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres tiene su comienzo después de la Revolución Francesa como consecuencia de las nuevas condiciones laborales impuestas por la Revolución Industrial y llega a nuestros días cargada aún de significado.
En lo relativo al contenido y la didáctica:
El lector valora la posibilidad de aprender con la lectura cuando la didáctica de la novela lo permite. En cualquier tema de los tratados, cuando lo expresado en sus páginas es fiel a la verdad, el aprendizaje es un acicate más.
Con todo, para mí la respuesta a la pregunta arriba planteada ¿Qué buscan los lectores en una buena novela romántica? podría ser resumida en una manera sencilla:
Son lectores abiertos al aprendizaje, conocedores de que los sentimientos, las causas sociales, los hechos históricos y las causas humanas conforman nuestro universo; necesitados de intrigas, distracción, viajes que les permitan soñar e historias con las que vivir otras vidas, muchas veces, diferentes a las propias; agradecidos con el buen hacer del escritor, el buen estilo y el conocimiento de la lengua y sus instrumentos.