Nadie duda de que nuestra historia está llena de testimonios de la presencia de los árabes en nuestro país y de la increíble influencia que ejercieron en nuestra identidad, en todos los aspectos de nuestra cultura. Y en la Literatura no ha sido menos.
Personalmente, he descubierto preciosas joyas que bien merecen una lectura, entre las cuales se encuentra El collar de la paloma, escrita por Ibn Hazm. Este libro, obra de cabecera de todo arabista, está presente también en la estantería de muchos amantes de la Literatura por ser un testimonio de valor incalculable de las letras andalusíes.

Antes de abordar su análisis y el de su autor, creo interesante introducir la época en la que fue escrito, bajo el gobierno de la dinastía omeya.
Los omeyas procedían de La Meca, formaban parte de la misma tribu que Mahoma. Sus conquistas se extendieron hasta el Magreb y la Península Ibérica, por el Oeste y hasta Irán, Afganistán y China por el Este. Su enorme territorio exigía una organización administrativa importante, dándose la circunstancia además, de que la mayoría de la población no era árabe, lo que suponía una dificultad añadida.
Actuaron más como reyes que como líderes religiosos, razón por la que fueron acusados de malos musulmanes. Durante toda la época omeya no se registraron grandes problemas nacionales sin embargo, ni entre las etnias o comunidades religiosas presentes. En el año 749, Abu l- Abbas, jefe de los abassíes, entró en Kufa. Los omeyas fueron asesinados, excepto Abd al-Rahman que logró escapar y llegar a Al- Andalus.
En el año 929 se proclamó califa, escindiéndose Al-Andalus de oriente. Esta es la época de mayor esplendor en la Península Ibérica, aunque tuvo escasa duración porque sólo llegó hasta 1010.
En este tiempo nació en Córdoba nuestro protagonista, el filósofo, teólogo y poeta Ibn Hazm (994- 1064).

De familia cristiana, su juventud transcurrió muy cerca de la corte del califa, en el seno de una nueva aristocracia, con lujo y bienestar, entre las intrigas del haren.
Pronto, probablemente, se iniciaría en el mundo de los amoríos con las esclavas de su casa, de la lectura de libros muy diferentes, de las relaciones con amistades en el más amplio sentido de la palabra, con grupos de jóvenes cordobeses de alta sociedad con un cierto esnobismo.
Posteriormente le tocó vivir una época muy complicada, momentos de desmembramiento de la España musulmana y la crisis del Islam andaluz. Todos ellos factores que, seguramente influyeron poderosamente en su manera de escribir y en su evolución personal y que tal vez, lo convirtieron en el escritor más representativo de las letras hispanoárabes.
Por ser próximo a Almanzor, cuando éste murió tuvo que salir de Córdoba con dirección a Almería. Fue un hombre solitario, blanco de odios, incomprensiones y conjeturas, dedicado, durante al menos los últimos años de su vida, a la escritura y el estudio.
A los 28 años compuso El collar de la paloma, alrededor de 1022 en Játiva coincidiendo con el saqueo y casi destrucción de la capital del Califato. Escribió este diwan o compendio poético con un recuerdo romántico de aquellos años maravillosos que había vivido en la gran metrópoli en la que nació, en los días de esplendor bajo el gobierno de Abderramán.
Está escrito en prosa aunque tiene entreverados algunos versos, compuesto con un arte literario extraordinario. Aparecen en él muchos recuerdos de amigos, amores, fiestas, maestros, datos de geografía y topografía de Córdoba.
Curiosamente en el libro se sigue una tradición de la literatura árabe de crear títulos que no tienen nada que ver con su contenido pero que ofrecen una imagen hermosa, porque no hay mención alguna de palomas en el texto.
¿Cómo se vivía el amor en al-Andalus? En El collar de la paloma se exponen diferentes aspectos de la experiencia amorosa. Así podemos encontrar capítulos:
Sobre las señales del amor.
Sobre quien se enamora en sueños.
“Querría saber quién era y cómo vino de noche.
¿Era la faz del Sol o era la Luna?
¿Era una idea que la razón alumbró en sus reflexiones?
¿Era una imagen espiritual que hizo surgir ante mí el pensamiento?
¿Era un espectro forjado con las esperanzas del alma
Y que la vista tuvo la ilusión de alcanzar?
Tal vez no era nada de eso, sino una desgracia
Que el destino me trajo como causa de mi muerte.”
Sobre quien se enamora por oír hablar del ser amado.
Sobre quien se enamora por una sola mirada.
Sobre quien no se enamora sino con el largo trato…
Así hasta un total de treinta capítulos conforman este maravilloso tratado de carácter filosófico sobre la esencia del amor.
José Ortega y Gasset, entusiasta prologuista de la obra, dijo de esta perla escrita en lengua árabe: Es el libro más ilustre sobre el tema del amor en la civilización musulmana.
¡¡Os invito a leerlo, no os dejará indiferentes!!